2012-07-05

Estudiantes participaron en Congreso sobre Estudios de Periodismo

Margot Anacona, Valentina Collao, Soledad Vargas y Francisca Burgos asistieron al Primer Congreso Internacional sobre Estudios de Periodismo, que se realizó entre el 27 y 29 de junio en el Edificio Corporativo Telefónica. Margot, estudiante de quinto año, …

Margot Anacona, Valentina Collao, Soledad Vargas y Francisca Burgos asistieron al Primer Congreso Internacional sobre Estudios de Periodismo, que se realizó entre el 27 y 29 de junio en el Edificio Corporativo Telefónica.

Margot, estudiante de quinto año, escribió el siguiente testimonio a partir de una ponencia sobre la realidad del periodismo en México.

La difícil situación del periodismo en México
La realidad que viven los periodistas en México es conocida. Sabemos que la libertad de expresión está limitada y que la situación para ejercer el periodismo no es la ideal. Ochenta y dos profesionales han sido asesinados desde 2000, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos del país. Pero esta cifra aumentaría si se considera también a los numerosos casos no resueltos de periodistas agredidos y desaparecidos. No en vano México ha sido catalogado por la Campaña Emblema de Prensa (CEP) como el país más peligroso para ejercer la profesión estos dos últimos años.

Sin embargo, estas cifras cobran realmente sentido cuando vemos la historia con un rostro humano. En el Primer Congreso Internacional sobre Estudios del Periodismo que se realizó en nuestro país, Eliana Alvarado, Dulce Llamas y Joaquín Félix, investigadores de la Universidad de Sonora de México, se pararon frente a la audiencia y se robaron el protagonismo por la franqueza con la que enfrentaron el tema, enfatizando en el conocido caso de Alfredo Jiménez, periodista especializado en temas sobre crimen organizado y seguridad pública del periódico El Imparcial, cuya desaparición en 2005 marcó un hito en el periodismo mexicano.

La investigación “Censura y autocensura en la cobertura de temas relacionados al narcotráfico y la delincuencia organizada en el estado de Sonora” muestra el temor del gremio periodístico sobre la publicación de este tipo de trabajos en un contexto donde ni el Estado mexicano ni las empresas periodísticas son capaces de garantizar las condiciones mínimas para que un periodista pueda trabajar tranquilo, protegido y capacitado. La situación es tal que los reporteros asumen que hay hechos que no pueden ni deben publicarse o investigarse o simplemente el periodista podría recibir un ramo de flores en su trabajo o incluso en su hogar como una formas de amenaza indirecta.

La investigación fue representativa de una situación que inevitablemente nos hace valorar nuestro escenario, pues aunque América Latina en 2011 fue el lugar más peligroso para ejercer el periodismo con 35 periodistas asesinados durante el año, afortunadamente en Chile no tenemos que lidiar con este tipo de presiones. Pero más inevitable aún es quedarse pensando en el comentario de uno de los asistentes al Congreso sobre la calidad de periodismo que existe en Chile cuando estamos libres de estos temores.